Superman

Cuando estaba a punto de ir a dormir un mensaje irrumpió la pantalla del ordenador:

– ¡Hola! – escribió K72.

– ¿Me escribes a mi? – respondió él bajo el seudónimo de Superman.

– Si.

– ¡Hola! ¿Qué haces despierta a esta hora?

– Esta es la hora en que habitualmente me puedo conectar a Internet.

– ¿Cómo te llamas?

– K72.

– Me refiero a tu nombre verdadero, no a tu seudónimo.

– Este es mi nombre verdadero.

– ¿En serio?

– Si.

– ¡Que curioso! ¡Menos mal que 72 no es tu edad!

– ¿Eres Superman?

– Si, pero ese es un alias. Mi verdadero nombre es Billie Freedman.

– ¿No eres Clark Kent?

– ¡Que graciosa!

– ¿Graciosa por qué?

– Porque ese es el nombre del personaje.

– No entiendo.

– Superman es un personaje ficticio.

– ¿No existe de verdad?

– ¡No! ¿Me estas tomando el pelo?

– ¡No! Yo pensé que de verdad existía.

– Bueno, no te avergüences. – dijo Billie para hacerla sentir mejor. – Yo pensaba que el queso Philadelphia era de Philadelphia pero no lo es.

– ¿Entonces porque se llama Philadelphia?

– Se creo en Nueva York pero se vendía como “Queso crema de Philadelphia”, ya que en ese momento Philadelphia era considerado el lugar productor de alimentos de más alta calidad en Estados Unidos.

– Es como un seudónimo como el que usas tu.

– ¿Cómo?

– Te llamas Billie Freedman pero te haces llamar Superman.

– Mmm… supongo que tienes razón. ¿Me quieres mandar una foto tuya?

– No me atrevo.

– Te prometo que no se la enseñare a nadie.

– Quizás mas adelante cuando nos conozcamos mejor.

– Vale.

– Lo siento Billie pero tengo que dejarte. Estoy trabajando y en teoría no debería estar haciendo esto.

– ¿Seguimos hablando mañana?

– Intento conectarme mañana a esta hora.

– Hasta mañana entonces.

En cuanto apaga su ordenador toma el teléfono y llama a su amigo Mark:

– ¿Qué sucede Billie?

– Aunque no lo creas he conocido a una chica.

– Si, claro.

– ¡En serio!

– ¿Cómo la has conocido?

– En medianaranja.com

– ¿Tienes alguna foto?

– Se la pedí, pero me dijo que me la enviaría cuando nos conociéramos mejor.

– Esa es una mala señal.

– ¿Te parece?

– ¡Seguro! O es muy fea, o tiene algún desperfecto físico o se trata de un pedófilo o algo así.

– Pero si yo soy mayor de edad.

– Entonces debe ser muy fea o tiene algún desperfecto físico. ¿De donde es?

– No lo se.

– Quizás sea de Uzbekistán. Escuche decir que las mujeres ahí llevan bigotes y una sola ceja.

Preocupado y excitado se fue a dormir a esperar que mañana se vuelva a conectar.

– ¡Hola Billie! ¿Estas ahí?

– Siiii, desde hoy a la mañana que estoy aquí.

– ¿Te ha sucedido algo?

– No, estaba esperando a ver si te conectabas.

– ¡Aquí estoy!

– Me alegra volver a saber de ti.

– Lo mismo digo. 🙂

– ¿De casualidad eres de Uzbekistán?

– No, ¿Por qué lo preguntas?

– Por nada, simple curiosidad. ¿y a que te dedicas K72?

– La verdad es que no tengo un trabajo especifico. Digamos que voy rotando de trabajo de acuerdo con la necesidad. ¿Y tu?

– Yo soy un programador de videojuegos freelance.

– ¡Que cool¡ ¿Se dice así?

– ¡Si, muy bien! ¿Qué te gusta hacer en el tiempo libre?

– ¿Tiempo libre? Solo vivo para trabajar.

– Eso esta mal. Aunque yo no sea la mejor persona para decirlo todos necesitamos de tiempo libre para divertirnos, pasarlo lindo, enamorarnos.

– ¿Enamorarnos?

– Si, como cuando te sientes en las nubes y haces cosas irracionales sin saber muy bien por qué.

– Me parece entonces que estoy enamorada.

– ¿En serio?

– Creo que si. Lo siento, pero te tengo que dejar.

– No te vayas por favor.

– Lo siento, pero me tengo que desconectar.

– No me dejes así.

Inmediatamente Billie toma el teléfono y llama a su amigo Mark:

– Parece que estoy enamorado.

– Pero si aun no la conoces.

– Lo se, pero ella siente lo mismo.

– ¿Te envió alguna foto?

– No.

– Entonces tienes que quedar con ella. Invítala a venir aquí.

– ¿Te parece?

– Sin lugar a duda.

Al día siguiente en el chat:

– ¡Hola Billie! ¿Estas ahí?

– ¡Siiii!

– ¿Cómo estas?

– Bien, ¿y tu?

– Físicamente bien, aunque mentalmente un poco perturbada.

– ¡Todos estamos un poco perturbados! –  Billie pensó que mientras estuviera buena físicamente el resto no importaba – Estuve pensando y espero que no lo tomes a mal pero, ¿porque no vienes aquí unos días así podemos conocernos mejor?

– ¡Ya estoy aquí!

– ¿Cómo? ¿Dónde estas?

– Abre la ventana y mira el exterior.

– ¿Cómo?

– Abre la ventana y mira el exterior.

Unas frondosas nubes negras comenzaron a cubrir el fondo rojo del cielo.  En ese mismo momento un destello de fuego verdoso ilumino vívidamente el cielo y lo edificios de la ciudad. Inmediatamente después se iniciaron los primeros relámpagos de la tormenta acompañados de sus correspondientes truenos. Los relámpagos se sucedían unos a otros y sus destellos eran cegadores. Fue entonces cuando las nubes comenzaron a apartarse y un enorme objeto volador no identificado se hizo visible.

– ¡Mierda! ¿Qué esta pasando?

– Es una invasión a la tierra.

– ¿Qué?

– Una invasión alienígena a la tierra.

– ¿Bromeas?

– No.

– ¿Cómo sabes esto? ¿Acaso eres uno de los extraterrestres? – replico con cierta ironía.

– Si. – respondió ella.

– ¡Joder! Una vez que conozco a alguien y resulta ser un extraterrestre.

– Mi gente y yo somos esclavos de los Zhurong y ahora ellos vienen por ustedes.

– ¿Quienes diablos son los Zhurong?

– Son unos seres muy malos. Van de planeta en planeta, agotan todos sus recursos, y siguen viaje.

– ¿Seguro que no vienen en son de paz?

– Seguro que no.

– ¿Que quieres de mi?

– Tienes que hablar con tu gente y advertirles. Las naves se están posicionando encima de las grandes ciudades para atacar.

– ¿Cómo hago eso?

– Si Superman no existe habla con el presidente, ¿es él quien tiene la máxima autoridad?

– ¿Como hago eso?

– ¿Acaso no vives en una democracia?

– Esto no funciona así.

– No tienes mucho tiempo Billie.

– Hablare con Mark.

– ¿Quién es Mark?

– Mi amigo Mark.

– ¿Trabaja con el presidente, en algún organismo de seguridad?

– No, es camarero en un bar.

– No se que es eso, pero espero que pueda ayudar.

Billie llama inmediatamente a su amigo Mark:

– ¡Hola Mark! ¡Necesito hablar contigo!

– ¿Estas viendo lo que esta sucediendo?

– Si, por eso te llamo.

– ¿Que sucede?

– ¿Alguna vez te has acostado con una extraterrestre?

– ¿De que estas hablando?

– ¡K72 es una extraterrestre!

– ¿Qué?

– Así es. Dice que las naves se están posicionando par atacar.

– ¿Seguro que no es una broma?

– Me temo que no.

– ¡Por eso no quería enviarte una fotografía!

– Tenemos que hacer algo.

– Voy para allá.

– ¡Excelente!

– Perdón, mejor ven tu para aquí que yo estoy trabajando.

Una vez en el bar donde trabaja Mark:

- ¿Qué quieres tomar?

– ¡No lo se!

- ¡Decídete rápido porque el mundo esta en peligro!

– Un cappuccino con sacarina por favor.

– OK

Mientras están sentados seguían las noticias por la televisión. Las imágenes mostraban a cientos de personas en las calles que daban la bienvenida a los recién llegados. Hombres, mujeres y niños agitaban carteles y banderas con frases como «Amor» o «Bienvenidos», incluso algunos con símbolos LGBT, mientras un grupo de comentaristas en estudios centrales opinaban si el colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero deberían acoger también a los extraterrestres.

Paralelamente el presidente y su gabinete planeaban la primera comunicación con seres de otros mundos. Ante la incógnita de como comunicarse con ellos optaron por utilizar un Simon gigante. Aquel juego de mesa en forma de disco que en una de sus caras posee cuatro cuadrantes, cada uno con un color: verde, rojo, azul y amarillo, que al presionarlos emiten un sonido particular.

La expectativa era máxima cuando un grupo de personas altamente calificado inició la primera secuencia de comunicación. Silencio absoluto entre los manifestantes. A medida que se iban iluminando los cuadrantes de colores, el artefacto emitía un sonido particular.

- Tu - tu - tu - tu

Silencio desde la nave espacial.

A continuación, se produjo la emisión de una segunda secuencia con un mayor nivel de complejidad.

– Tu - tu - tu - tu - tu - tu

– Algo parece estar sucediendo en la nave. Hay una gran expectación por lo que seria la primera comunicación con vida extraterrestre. Estamos viviendo momentos históricos como cuando el hombre llego a la Luna pero al revés y con espectadores. –  narraba el periodista en off.

En la parte inferior de la nave se veían algunos destellos luminosos, pero sin respetar la secuencia de comunicación. Finalmente, la luz se intensifico y un rayo proveniente desde el interior de la nave destruyo el Simon gigante y fulmino a la gente a su alrededor. El reportero describía posteriormente como aquel rayo destruía gran parte de la ciudad de Washington en tan solo segundos cuando de pronto se corto la comunicación. Conexiones con otras grandes capitales del mundo relataban situaciones similares. Jamás en la historia de la humanidad había sucedido semejante destrucción.

– ¡Ya comenzó! – grito Mark.

– ¿Qué hacemos? – pregunto Billie.

– ¡Correr!

– ¿Hacia donde?

– No lo se.

– No seamos presa de la desesperación.

– Me parece que deberíamos ir hasta una base secreta del ejercito cerca de aquí. Seguramente allí nos podrán decir que hacer.

– ¿Y como es que tu conoces una base secreta del ejercito?

– Algunos clientes del bar están destinados allí. No me preguntes mas que prometí no hablar sobre esto.

– ¿Cómo vamos hasta allí?

– ¿En autostop?

En el exterior del bar reinaba el mayor de los desordenes. La gente presa del pánico abandonaba sus hogares e intentaba salir de la ciudad. Cada uno se preocupaba de lo suyo y nadie se preocupaba por los demás. No había ninguna contemplación por las personas mayores ni por las personas con discapacidad y las señales viales eran violadas sistemáticamente por la población.

Ante el cartel «Ayúdenos a salvar al mundo», un bus del ejercito de salvación los recogió y acepto llevarlos hasta la base secreta del ejercito en XXXX.  Mientras entonaban canticos y alabanzas a Dios durante la travesía, un niño pequeño abrazando a un osito de peluche le confiesa a Billie que tiene miedo. Billie ocultando su condición de judío intento transmitirle serenidad – No tengas miedo hijo. Dios, el mismo de los cristianos y judíos, es poderoso y nos va a ayudar. – Afirmación que despertó alguna sospecha por parte de los presentes.

Una vez en la entrada de la base secreta de XXXX el guardia los detiene y les advierte – Esta es una zona restringida. No pueden pasar sin autorización.

– Buscamos al sargento Peper – dijo Mark.

– Un momento por favor. – El guardia tomo el teléfono. – ¿Sargento? ¿Es usted? Aquí hay dos frikis que preguntan por usted.

El sargento Peper se aproxima a la puerta de ingreso y exclamo - ¡Mark! ¿Qué haces aquí? ¿Acaso tengo alguna deuda pendiente?

– No, venimos porque necesitamos su ayuda. Mi amigo Billie esta en contacto con uno de los alienígenas y necesitamos saber de que forma podemos ayudar.

– Están en el lugar correcto. Recién acaba de aterrizar el Air Force One con el Presidente y lo que queda del gabinete.

Billie – ¿El presidente de la nación?

– ¡Si! ¿Que otro usaría el Air Force One? Vengan conmigo muchachos.

El sargento junto a los dos muchachos se dirige al interior de la base.

– Déjenlos pasar que no son extraterrestres. – dijo el Sargento Peper dirigiéndose a los guardias que rodean al presidente.

– ¿Esta seguro? – pregunto el guardia al ver el aspecto de los dos muchachos.

– Señor presidente, es un honor conocerlo. – exclamo Billie.

– Me dice el sargento que usted esta en contacto con un alienígena.

– Así es.

– ¿A que te dedicas Billie?

– Soy programador de videojuegos.

– Yo soy camarero en un bar. – agrego Mark.

– ¿De que forma el alienígena nos puede ayudar? Nuestras fuerzas están totalmente diezmadas. Nuestras armas son totalmente ineficaces. Todas las grandes ciudades están cayendo una tras otra. De continuar de esta manera nos enfrentamos a la destrucción de la humanidad en tan solo 36 horas.

Billie – No lo se.

–  ¡Somos americanos! ¡Somos el faro de este mundo! Algo se nos ocurrirá. – reflexiono el presidente.

Mark - ¿Qué tal si hacemos igual como cuando tu te conectas desde tu casa a mi ordenador?

– ¿De que esta hablando? – pregunto el presidente.

– Acceso remoto señor. – respondió Billie.

– ¿Podría funcionar?

– Creo que si.

– Señor presidente, ¿Vamos a confiar nuestra supervivencia a estos dos frikis? – pregunto el asesor de seguridad nacional.

– Vamos a confiar nuestra supervivencia al ingenio, la determinación y al coraje del ciudadano americano promedio. ¿Qué necesitas Billie?

– Solo conectarme a Internet y un café. Por suerte siempre llevo mi ordenador conmigo.

– ¿Café solo o con leche? – pregunto un general de 4 estrellas.

– Solo con sacarina por favor.

– No deberías tomar tanto café. No es bueno para la salud – agrego Mark.

– ¿No te parece un comentario fuera de lugar en este momento?

– General, coordine con los demás países y prepare un contrataque con las pocas fuerzas restantes. – ordeno el presidente.

– ¡A sus ordenes señor!

– En cuanto Billie nos de la confirmación atacaremos. – dispuso el presidente.

Los soldados se ponen en contacto con los focos de resistencia en los otros países y organizan la contraofensiva.

– Estoy recibiendo un mensaje de los americanos – exclamo un soldado ruso.

– ¿Que dice? – pregunto su superior.

– Quieren organizar una contraofensiva. Dicen que han descubierto una manera de controlar a las naves extraterrestres.

– ¡Ya era hora! Estos americanos siempre tan listos.

Hombres y mujeres, progresistas y conservadores, palestinos e israelíes, trabajaban juntos por un bien común.

Una vez ingresado el password y establecida la conexión con la red wifi Billie logra comunicarse nuevamente con K72:

– ¡Hola K72! ¿Estas ahí?

– ¡Siiii! ¿Estas bien?

– Si, un poco estresado, pero en general bien.

– Me imagino.

– Nuestras armas han sido totalmente ineficaces contra sus defensas así que si tu estas de acuerdo probaremos otra cosa.

– ¡Claro! ¿Qué cosa?

– Con tu ayuda instalare un programa que me permitirá tomar el control remoto de la nave.

– ¡Excelente! No sabia que sabias pilotear.

– Supongo que no será muy diferente a un videojuego.

– ¿Que quieres que haga?

– Dale click al archivo adjunto, se abrirá una pantalla y responde a todas las preguntas que si.

– ¿Cómo Windows? – pregunto K72.

– ¿Tienen Windows ahí? – exclamo Billie con sorpresa.

– ¡Si!

– ¡Excelente! Avísame por favor cuando termines.

– Me pregunta si quiero hacer un upgrade a la versión de pago. ¿Quieres que te lea los beneficios?

– Si es necesario puede utilizar mi tarjeta de crédito. – dijo el presidente con gran expectación.

– No es necesario señor presidente. – dijo Billie mientras le respondía por chat a K72 – A esa pregunta pon que no.

– ¡Ya esta!

– ¡Excelente! ¡Agárrate de donde puedas!

General – Tenemos informes confirmados de hombres listos para el combate en Europa, Asia y Oceanía.

Presidente – ¡Excelente! ¿Alguna noticia de áfrica o Latinoamérica?

– Allí no pasa nada señor. – aclaro el general.

La nave comienza a avanzar y un rayo destruye la Estatua de la Libertad.

– Recuerda Billie que los malos son ellos. – aclaro el presidente.

– ¡Lo siento! La interfaz de usuario no es muy clara.

La nave desciende y el escudo de defensa se desactiva. Soldados, policías y civiles armados entran en la nave y toman a los alienígenas prisioneros. Algunos de ellos son victimas de maltrato. La misma escena se repite en otras partes del globo.

Todos los asistentes aplauden. Es entonces cuando el presidente exultante se dirige a los presentes con un emotivo y acalorado discurso:

– Hoy hemos llevado a cabo la mayor batalla de la humanidad. Dirigidos por EE. UU. gente de todo el mundo ha dejado sus diferencias y ha luchado juntos por un interés común, no por el fin del hambre, la erradicación de la pobreza o la terminación del totalitarismo, sino por nuestro derecho a vivir, nuestro derecho a existir. Hoy celebramos el día en que la humanidad le ha dado por culo a estos putos alienígenas.

Aplausos y vítores de los asistentes.

Cuando el presidente se percato que Billie y Mark se disponen a irse les pregunto:

– ¿A dónde van muchachos?

– Lo siento señor presidente, pero debo ir a buscar a K72. – respondió Billie.

– ¡Claro! Permítame que los lleve uno de nuestros vehículos así llegan mas rápido.

– ¡Gracias señor! – respondió Billie mientras el presidente lleva su mano derecha a la cabeza y saluda al muchacho como saludan los militares.

Un vehículo del ejercito con Billie y Mark a bordo arriban a un campo de prisioneros en busca de K72. Allí hay todo tipo de criaturas.

– ¡K72! ¿Estas aquí? – grito Billie angustiado.

Un pequeño extraterrestre marrón con una cabeza grande y ojos azules de unos 90 cm de alto se acerca a Billie y le pregunta:

– ¿Dónde esta Elliot?

– No lo se, yo soy Billie.

Apuntando con su dedo iluminado al cielo la criatura dice – ET phone home.

– Lo siento, pero estoy buscando a otra persona. – respondió Billie.

– ¡Aquí Billie! – se escucho un grito desde algún lugar.

– ¿Aquí donde? – pregunto Billie sin saber a donde mirar.

– Atrás de ti.

Billie se da vuelta y ve a una morocha impresionante con un top, minifalda y botas largas.

– ¡Hola Billie! ¡Yo soy K72!

– ¿Tu eres K72? – pregunto Billie estupefacto.

– ¡¡¡Siii!!!

Mark mira atónito.

– ¿Tu eres K72? – volvió a preguntar Billie.

– Siii, soy yo. ¿Acaso estas decepcionado? ¿Me imaginabas de otra forma?

– No, no, para nada. – respondió Billie sin salir de su asombro.

– Soy parte de un pueblo de amazonas que los Zhurong hicieron prisioneras y si me comporto de manera extraña es porque no se muy bien como tratar con los hombres.

– No te preocupes por eso.

Billie la abraza y besa mientras de fondo se ve ondear la bandera americana.

– ¿No tendrás alguna amiga para mi? – pregunto Mark.