Encuentro conmemoración Primavera Árabe

Moderador:

Antes que nada, les doy la bienvenida a este encuentro para conmemorar aquel estallido de protestas populares y exigencias de reformas sin precedentes que pusieron fin a decenios de opresión e iniciaron el inicio de una nueva era marcada por reformas políticas y justicia social. Fue lo que se dio en llamar «Primavera Árabe».

Aplausos de los asistentes.

Contrario a lo previsto, todos los países árabes, junto como algunos de los referentes más importantes de la región, hoy están aquí presentes.

Aplausos de los asistentes.

Algunos de ellos representados por su legítimo gobierno, y otros, en los que la situación no es del todo clara, por los diferentes sectores en conflicto. De forma democrática hemos invitado incluso a grupos como el Estado Islámico, para que nos brinde su opinión en un diálogo abierto, sincero e informal entre iguales. Como muestra de civilidad, han aceptado sentarse alternados, dejando sus diferencias de lado.

Aplausos de los asistentes.

Si a ustedes les parece bien, daremos inicio a la jornada con la presentación de Túnez, país donde se inició la Primavera Árabe fines de 2010, que rápidamente se extendió por toda la región.

Toma la palabra el representante del gobierno de Túnez:

Túnez no solo encendió la mecha de la Primavera Árabe, sino que ahora está liderando el desarrollo democrático en Oriente Medio y en el norte de África.

Silencio de los asistentes.

Como ustedes recordarán, un joven vendedor ambulante tunecino, más conocido como Mohamed Bouazizi, que se inmoló el 17 de diciembre de 2010 en protesta por la confiscación de su puesto de frutas y la humillación que dijo haber recibido por parte de los oficiales municipales cuando fue a presentar una queja por este hecho, desató la revuelta popular de 2010 y 2011, lo que provocó la huida del dictador Zine El Abidine Ben Ali el 14 de enero de 2011 y la subsecuente democratización del país.

Zine El Abidine Ben Ali gobernó el país durante 23 años con un poder sin límites, construyendo su régimen sobre un equilibrio entre el brazo de hierro y la prosperidad que finalmente se ha roto, causando su caída.

Diciéndose partidario de una democratización «sin prisa», en 1994 Ben Ali introdujo el pluralismo en pequeñas dosis en el parlamento y organizó en 1999 las primeras elecciones presidenciales pluralistas de la historia de Túnez.

A su llegada al poder, Ben Ali suprimió la presidencia de por vida, instituida por Bourguiba, y limitó inicialmente a un máximo de tres el número de mandatos presidenciales.

En 2002 hizo saltar el último candado que impedía su permanencia en el poder, haciendo aprobar por referéndum una modificación constitucional que le permitía presentarse de nuevo. Había sido reelegido para un quinto mandato en octubre de 2009 con casi el 90 por ciento de los votos.

Ben Ali sucedió en el poder a Habib Bourguiba, padre de la independencia, quien enfermó y, recluido en su palacio, no ofreció ninguna resistencia. Bourguiba obtuvo el poder en 1957, cuando derrocó la monarquía proclamando la república, hasta 1987, es decir, durante treinta años consecutivos, primero durante la etapa de partido único, y después de 1975 como presidente democrático.

Tras la expulsión de Ben Ali del poder, el 23 de octubre de 2011, una vez legalizados los principales partidos políticos de oposición e ilegalizado el antiguo partido gobernante, se celebraron elecciones libres para una Asamblea Constituyente.

El partido el más votado fue Ennahda, también llamado Partido del Renacimiento, un partido islamista proscripto y perseguido por el antiguo régimen, lo que polarizó las posiciones dentro del país.

La falta de diálogo entre Ennahda y la oposición de orientación laica desencadenó una serie de protestas y actos de violencia a lo largo de Túnez, que alcanzó su punto más alto con el asesinato de dos jefes de la oposición, Chokri Belaid (el 6 de febrero de 2013) y Mohamed Brahmi (el 25 de julio de 2013), por parte de presuntos militantes de Ansar al Sharia, grupos islamistas extremistas.

Y fue en ese momento cuando se originó el Cuarteto Nacional de Diálogo, con la idea de acercar las partes y destrabar el proceso iniciado a principios de 2011.

Dicho Cuarteto estaba conformado por el Sindicato General de Trabajo de Túnez (UGTT por sus siglas en francés), la Confederación de Industria, Comercio y Artesanías (UTICA), la Liga de Derechos Humanos de Túnez (LTDH) y la Orden de Abogados de Túnez.

Asesoradas por el Cuarteto, las principales formaciones políticas representadas en la ANC acordaron una hoja de ruta para culminar la transición mediante la organización de elecciones presidenciales y legislativas.

Pero, sin duda, lo que más llamó la atención fue la aceptación por parte de Ennahda de negociar con todos los estamentos políticos y civiles, sin excluir a los laicos, así como su disposición a realizar concesiones fundamentales, incluida la de abandonar el gobierno.

Túnez tiene que estar dirigido por el consenso, y no según la lógica de la mayoría y la minoría, declaraba Rached Ghannuchi, líder de Ennahda.

La Asamblea Constituyente continuó con sus trabajos para aprobar el 9 de enero de 2014 una nueva Constitución mediante complejas negociaciones. Si bien esta por una parte resalta el carácter islámico del Estado, por otra prescinde de la sharía o ley islámica como fuente de derecho, compatible con el inamovible carácter republicano y civil del Estado.

En cuestión de género, establece la igualdad entre hombres y mujeres, así como la obligación estatal de velar por sus libertades y derechos individuales y colectivos sin ningún tipo de discriminación.

El 23 de noviembre de 2014 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de Túnez. Estos comicios, de carácter histórico, fueron el punto culminante de la transición democrática del país.

Béji Caïd Essebsi, del partido laicista Nidaa Tounes, terminó por imponerse en segunda vuelta, con el 55 por ciento de los votos, a Moncef Marzouki, convirtiéndose en el primer presidente laico del mundo árabe en llegar al poder por medio de elecciones democráticas. Bajo su mandato, Túnez se convirtió en el primer país árabe en obtener la categoría de «libre» en el informe de derechos humanos de Freedom House.

En 2015, el Cuarteto Nacional de Diálogo de Túnez fue reconocido con el premio Nobel de la Paz.

Silencio de los asistentes.


***


Moderador:

A continuación, hablará el representante del gobierno de Egipto en función. Aunque debo aclarar que no es reconocido por parte de la oposición como el ex presidente Morsi, que no puede estar hoy aquí presente por encontrarse en prisión.

Representante del gobierno egipcio:

En Egipto hemos vivido una experiencia con un inicio similar, pero con un desenlace un tanto diferente.

Los disturbios se desataron el 25 de enero de 2011 durante la fiesta profesional de la policía. Tras 18 días de manifestaciones multitudinarias y enfrentamiento, vino la renuncia del presidente Hosni Mubarak, la disolución del Parlamento y el cese temporal de la Constitución.

Desde que llegara al poder, durante 30 años gobernó con mano de hierro sin importarle las violaciones de los derechos humanos, la represión policial o el estado de excepción que arrebataba las libertades esenciales de sus ciudadanos.

Representante de los Hermanos Musulmanes:

Lo cual era necesario, según él, para salvar a Egipto de la amenaza islamista radical.

Representante del gobierno egipcio:

A pesar de esto, convocó cuatro referendos (1987, 1993, 1999 y 2005) que confirmaron su mandato.

Representante de los Hermanos Musulmanes:

Era difícil que ocurriese lo contrario, dado que en los tres primeros no permitió que nadie le disputase el cargo. En el cuarto, presionado por Estados Unidos, se vio obligado a modificar levemente la Constitución para aceptar competencia, aunque la ley era tan restrictiva que cualquier candidato que no fuera el mismo Mubarak o estuviera respaldado por él tenía escasas posibilidades siquiera de presentarse.

Representante del gobierno egipcio:

Pero Mubarak no fue la excepción, en 1952, Gamal Abdel Nasser dio el golpe de Estado que destronó al rey Faruq I y proclamó la república, que él mismo presidió hasta su muerte en 1970.

Nasser fue reemplazado por su vicepresidente Anwar Sadat, quien se mantuvo en el cargo hasta 1981 cuando fue asesinado durante una marcha militar celebrada en El Cairo a causa de haber firmado un tratado de paz con Israel.

Representante de los Hermanos Musulmanes:

Pero esos extremistas no fuimos nosotros sino de la Yihad. Lo cierto es que en las primeras elecciones después de que Mubarak fuera derrocado, Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, derrotó a Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak y el favorito del ejército y de los defensores del antiguo régimen. Muchos no podían creer que Egipto fuera a tener por primera vez en su historia un presidente elegido libremente, y que, además, no fuera militar.

Representante del gobierno egipcio:

Los Hermanos Musulmanes es la más antigua, extendida e influyente organización integrista de Egipto y del mundo árabe y musulmán, basada en un modelo que combina activismo político con obras de caridad. Es la madre de casi todos los grupos radicales, que en los últimos años han tenido un gran protagonismo internacional predicando la necesidad de que sus países vuelvan a practicar un islam puro y riguroso, derroquen a los autócratas que los gobiernan y se independicen de Estados Unidos.

Aunque dice respaldar los principios democráticos, uno de sus fines es crear un estado islámico, regido por la sharía.

Durante sus 12 meses en el poder, Morsi fue visto por muchos egipcios como un mandatario más preocupado por establecer un absoluto dominio político que por dar respuesta a los graves problemas sociales y económicos en este país con más de 80 millones de habitantes, el más poblado del mundo árabe.

El momento de mayor tensión se produjo a finales de 2012, cuando Morsi impulsó una nueva ley que concentraba nuevas facultades en la figura del presidente, contemplando amplios poderes de supervisión e inmunidad legal para su persona.

Estuvo de acuerdo con limitar estos poderes días después de que las protestas comenzaran a arreciar. Pero cuando la Asamblea Constituyente, dominada por islamistas, aprobó una nueva y apresurada Constitución que restringía la libertad de expresión y fortalecía el rol del islam, todos los puentes con los opositores desaparecieron.

Luego de masivas manifestaciones en su contra, Mohamed Morsi fue derrocado el 3 de julio de 2013 por el ejército liderado por el entonces ministro de Defensa y actual presidente del país, Abdul Fattah al Sisi. La nueva Constitución fue suspendida, los Hermanos Musulmanes fueron declarados «grupo terrorista» y se anunciaron nuevas elecciones.

Dado el gran apoyo popular, Al Sisi dimitió de todos sus cargos militares y se presentó como candidato en las elecciones presidenciales de 2014. Después de tres días de comicios y con el 90 por ciento de los votos, fue proclamado presidente.

Representante de los Hermanos Musulmanes:

Nosotros y grupos de jóvenes, como el Movimiento 6 de abril, pedimos a nuestros seguidores que se abstuvieran de votar porque las elecciones eran una «farsa». Al Sisi tuvo un solo rival, el político de izquierda Hamdeen Sabahi, que había acabado tercero en las elecciones de 2012 ganadas por nosotros.

En estos últimos años, miles de nuestros simpatizantes se hacinan en las cárceles, incluido el expresidente Morsi, condenado a varias cadenas perpetuas, y nuestra infraestructura social de negocios, clínicas, escuelas y guarderías, está siendo sistemáticamente desmantelanda. La acusación de «pertenencia a banda terrorista» ha sido utilizada con ligereza por la Justicia del país, muchas veces también contra activistas seculares, críticos del gobierno o periodistas.

Representante del gobierno egipcio:

A diferencia de Túnez, donde Ben Ali se fugó junto a su familia a Arabia Saudita y fue juzgado en su ausencia, Mubarak permaneció en Egipto, y recientemente la justicia lo absolvió de todos los cargos. Lo que demuestra la confianza de nuestros ciudadanos en el sistema judicial egipcio.

Actualmente, Egipto ha superado el periodo de transición y ahora vive una era democrática.

Aplausos de los asistentes.


***


Moderador:

Solicita la palabra el Representante de Hamás

Representante de Hamás:

Nosotros, en Hamás, entendemos muy bien este tipo de situaciones. En enero del 2006 decidimos presentarnos a las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino; por primera vez el pueblo palestino tenía otra alternativa a la hegemonía tradicional de Al-Fatah, y, para sorpresa de todos, ganamos por amplia mayoría. Esto nos otorgó la potestad de formar el gobierno que lideró Ismail Haniye.

Pero, como nos negamos a reconocer el derecho a la existencia del Estado de Israel, los tratados de Oslo firmados por la ANP y, en definitiva, a renunciar a la violencia, Abbas decidió destituir a Haniye y nombrar un nuevo primer ministro. ¿Les parece esto democrático?

Fatah:

Fue democrático porque ustedes no aceptan las reglas del juego.

Hamás:

¿Cuáles son esas reglas de juego? En cualquier caso, nos las deberían enseñar antes de participar. Hamás no aceptó el «despido» de Haniye, y, tras los cruentos combates en Gaza de junio de 2007, que todos conocen, Hamás terminaría a cargo de la Franja, y Al-Fatah gobernando Cisjordania.

Fatah:

Gobernando con mano de hierro.

Hamás:

Igual que ustedes en Cisjordania.

Representante de Al Fatah:

Pero nosotros somos el gobierno reconocido internacionalmente, que paga los sueldos de los funcionarios, la luz y el agua que consumen en Gaza.

Representante de Hamás:

Así es, porque ustedes administran el dinero que recibimos los palestinos desde hace años, y que no sabemos a dónde fue a parar. ¿Qué han hecho todo este tiempo con el dinero recibido?

Representante de Fatah:

¡Ustedes lo habrían gastado en armamento y en la excavación de túneles!

Representante de Hamás:

Nosotros, a diferencia de ustedes, somos autocríticos y democráticos.

Representante de Fatah:

¿Autocríticos y democráticos?

Representante de Hamás:

Así es. Tras una profunda reflexión creemos que hemos pecado de un exceso de fanatismo cuando escribimos nuestra Carta Fundacional por lo que decidimos modificarla.

Ahora reconocemos que no todos los judíos son malos, diferenciamos entre los judíos como comunidad religiosa, por un lado, y la ocupación y el proyecto sionista por el otro; abogamos por un islam más moderado, y como muestra que ahora somos mas pragmáticos que fanáticos, dado que los Hermanos Musulmanes ya no están mas en el gobierno de Egipto y a pesar de ser parte de la misma organización, romperemos nuestras históricas relaciones con ellos, para lo cual nos comprometemos a eliminar sus contactos de nuestros teléfonos y servicios de correos electrónico, esperando así mejorar nuestras relaciones con Egipto.

Representante de Fatah:

Pero continúan apoyando la lucha armada.

Representante de Hamás:

Así es, Hamás es el Movimiento de Resistencia Islámica, resistencia contra la ocupación sionista, tanto de Jerusalén Oriental como Jerusalén Occidental, tanto de Gaza como Tel Aviv. Nosotros no decimos una cosa y hacemos otra.

Representante de Fatah:

Yo no lo llamaría autocrítica, sino mas bien un intento de proyectar una imagen de moderación que los saque de la lista de grupos terroristas de EE.UU. y la Unión Europea.

Representante de Hamás:

Nosotros, además, a diferencia de ustedes, somos un grupo democrático. El pasado mes de febrero de 2017 Hamás celebró elecciones internas para renovar los 48 miembros del Consejo de la Shura, el cual posteriormente designó a Ismail Haniyeh, un dirigente moderado, dentro de lo que cabe, en reemplazo del veterano líder Khaled Meshaal, que lideró Hamás desde 1996.

Representante de Fatah:

Al menos la nueva dirigencia vive aquí y no en el extranjero sin ningún tipo de restricciones como todos nosotros. Nosotros también somos democráticos. En diciembre del 2016 realizamos el séptimo congreso del partido en Ramallah, donde Mahmud Abbas fue reelegido presidente por amplia mayoría por otros cinco años.

Representante de Hamás:

En un encuentro donde fue excluida la oposición, con candidato único y votación a mano alzada.

Representante de Fatah:

Si alguien se quedó sin poder entrar fue a causa de la limitada capacidad del auditorio, y fue a mano alzada porque no tenemos nada que temer. No como ustedes, que la votación es secreta y no se sabe de su procedimiento electoral.

Representante de Hamás:

Al menos no esperamos hasta la muerte de nuestros líderes para reemplazarlos.

Representante de Fatah:

En cualquier caso, a pesar de nuestras numerosas diferencias, tenemos claro que estamos unidos por una causa en común.

Representante de Hamás:

¡Asi es! Si Al-Fatah y Abbás quieren apoyarse en el uso de las armas en cualquier negociación futura con Israel, saben que pueden contar con nosotros.

Aplausos de los asistentes.


***


Moderador:

A continuación, harán uso de la palabra los representantes de los diferentes gobiernos existentes actualmente en Libia.

Representante del gobierno de Trípoli:

Si me permiten, haré una breve descripción de la situación en Libia.

Resto de los representantes:

Sí, ¡cómo no!

Representante Gobierno de Trípoli:

A principios del año 2011, y posteriormente al derrocamiento de los regímenes en Túnez y Egipto, comenzó una serie de disturbios en la capital, Trípoli, que se extendió por el resto de ciudades del país, agudizando el conflicto, que desembocó en una rebelión de gran escala y un grave conflicto armado, alentado y apoyado por la OTAN y países afines.

Las tropas opositoras lograron dominar gran parte del territorio libio en unos meses y capturaron la capital el 22 de agosto de 2011, tras lo cual Gadafi huyó a Sirte, el último reducto gadafista en pie. En la noche del 19 al 20 de octubre de 2011, Muamar el Gadafi resultó herido por un ataque aéreo de la OTAN cuando intentaba burlar el asedio a Sirte. De inmediato fue capturado, linchado y asesinado por las milicias de Misrata.

Libia se independizó como reino en 1951: fue gobernado por Idris hasta que un golpe de estado militar lo derrocó en 1969, y, sin haber cumplido los 28 años, Gadafi se había constituido en el nuevo líder del país, sustituyendo el Reino de Libia por la República Árabe Libia.

Gobernó a lo largo de 42 años. Aunque desde 1979 oficialmente no ocupó ningún cargo público, se le atribuyó el título honorífico de «Líder de la revolución» o «Hermano, líder y guía de la revolución».

Su gobierno se caracterizó por las violaciones permanentes a los derechos humanos, la censura, la tortura, la persecución a sus opositores políticos y su ferocidad contra los civiles.

Representante del gobierno de Tobruk:

Matizados por sus excentricidades.

Cuando viajaba, Muamar Gadafi montaba su jaima presidencial, protegida por decenas de guardaespaldas femeninas. Esta era, quizá, una de sus excentricidades más mediáticas. La guardia amazónica estaba compuesta por mujeres vírgenes, expertas en artes marciales y uso de armas de fuego, aunque hasta la fecha su cualidad más probada se refiere al gusto por las gafas de moda y los trapitos militares.

Representante del gobierno de Trípoli:

En el plano internacional, fue implicado en varios atentados militares contra los gobiernos de Egipto y Sudán; salió en respaldo del dictador ugandés Idi Amin durante la guerra Uganda-Tanzania, intervino en la guerra civil de Chad y promovió atentados terroristas como el ataque a un avión de Pan Am mientras volaba sobre Escocia en 1988, proyectando a Libia en el plano internacional.

Durante la rebelión no hubo un único grupo al mando, sino que estuvo conformada por diferentes milicias procedentes de diversas ciudades que libraron sus propias batallas. Las milicias estuvieron unidas en su odio hacia Gadafi, pero solo por eso. Algunas de ellas estaban formadas por islamistas moderados, otras eran secesionistas o monárquicas y otras, liberales.

Además, las milicias estaban divididas por líneas regionales, étnicas y locales, lo que agregaba combustible a la diferencia.

Tras más de cuatro décadas de mando autoritario, las milicias tenían escaso entendimiento de los procedimientos democráticos, por lo que fueron y siguen siendo incapaces de forjar compromisos y un nuevo Estado basado en el imperio de la ley.

Después de la caída de Gadafi, se creó el Consejo Nacional de Transición de Libia, una organización conformada por los líderes de la rebelión libia, con sede en Bengasi, segunda ciudad del país y bastión de la oposición.

El Consejo de Transición de Libia fue sustituido por el Congreso General de la Nación, con sede en Trípoli y dominado por los Hermanos Musulmanes, quienes nombraron al Gobierno de Salvación Nacional.

Tras las elecciones de junio de 2014 se conformó la Cámara de Representantes de Libia, que debía reemplazar al existente Congreso General de la Nación.

Sin embargo, los parlamentarios islamistas del Congreso General de la Nación, entre ellos su presidente, Nuri Abu Sahmain, se negaron a ceder sus escaños y se autoproclamaron como la asamblea legítima.

El parlamento recién elegido se estableció entonces en la ciudad portuaria de Tobruk, en el este de Libia, controlado por Jalifa Haftar, que lidera el llamado Ejército Nacional Libio (LNA, en inglés). Este está formado por ex unidades del ejército y milicias leales, se autoproclama como el principal oponente de las milicias islamistas y tiene el respaldo de la Cámara de Representantes.

En 2016, auspiciado por las Naciones Unidas, se acordó la formación de un nuevo Gobierno de Acuerdo Nacional, dirigido por Fayez al-Sarraj. La Cámara de Representantes seguiría siendo el órgano legislativo, pero se formaría un Consejo de Estado Superior, que actuaría a modo de Cámara Alta, participando en la elaboración y aprobación de las leyes. De los 145 miembros que compondrían esta nueva institución, 134 provendrían del Congreso General original, es decir, de los miembros que se eligieron en las elecciones de 2012.

Para intentar complacer a los islamistas, la sharía pasó a ser considerada como fuente de ley.

El 30 de marzo 2016, el recién formado Gobierno de Acuerdo Nacional, dirigido por Fayez al-Sarraj, se trasladó de Túnez a Libia, apoyados por un grupo islamista amplio llamado Amanecer Libio, compuesto por diferentes milicias, como las de Misrata y Trípoli, que controlan gran parte del oeste del país.

Representante del gobierno de Tobruk:

Aunque cuente con reconocimiento a nivel exterior, pero sin ningún poder más allá de Trípoli.

Representante del gobierno de Trípoli:

En abril 2016, las autoridades del Gobierno de Salvación cedieron el poder al Gobierno de Acuerdo Nacional, aunque en octubre se arrepintieron y llevaron a cabo un golpe de estado, cuyo control se limitaba al hotel Hotel Rixos al-Nasr, donde se reunían el Consejo de Estado Superior y sus aledaños. El 20 de marzo de 2017, una alianza de milicias relacionadas con el Gobierno de Acuerdo Nacional lanzó una ofensiva contra las fuerzas cercanas al Gobierno de Salvación y retomaron el Hotel Rixos al-Nasr, forzando al Gobierno de Salvación de nuevo al exilio.

Mientras aguardan para celebrar elecciones lo antes posible, para reestablecer «paz y estabilidad» al país, ambas partes se han comprometido a interiorizarse de las prácticas democráticas. Uno de los posibles candidatos es el hijo «reformista» de Gadafi, Saif al Islam, quien no busca el poder sino salvar al país.

Aplausos de los asistentes.

Toma la palabra el representante del Estado Islámico:

Señor moderador, si me permite, me gustaría tomar la palabra.

Moderador:

Sí, claro.

Representante delEstado Islámico:

Mucho se habla de democracia, sin embargo, nadie nos tiene en cuenta a la hora de formar un gobierno de unidad nacional. Si antes todos estaban en contra de Gadafi, ahora todos están en contra nuestra. Y me refiero no solo a Libia, sino a las otras sedes del Califato donde tenemos presencia, como Siria, Irak o Yemen. En Libia controlábamos Sirte y sus alrededores, y ahora hemos tenido que replegarnos al sur, no sabemos dónde. ¿Les parece justo?

No somos criminales, sino fervientes devotos musulmanes adherentes a una rama radical del islam sunní, por lo cual aplicamos una visión rigurosa de la sharía, la cual no dista mucho de países reconocidos internacionalmente y aliados de Occidente, como Arabia Saudita, que constituyen nuestra fuente de inspiración y, al menos en un inicio, también de financiación. Sin advertir que ahora no son los yihadistas, sino las milicias chiíes —apoyadas por Irán— las que se expanden por Siria e Irak.

Aunque el Estado Islámico sea derrotado, mientras existan países que promuevan esta ideología, otros grupos similares volverán a salir.

Aplausos de los presentes.


***


Representante de Arabia Saudita:

Si me permite, señor moderador, me gustaría tomar la palabra para poder responder al representante del Estado Islámico.

Moderador:

Claro

Representante de Arabia Saudita:

Que algunas personas que hayan financiado al grupo sean de Arabia Saudita no significa que el país sea la fuente de financiación de grupos terroristas como este.

La diferencia fundamental entre el Estado Islámico y Arabia Saudita es que nosotros tenemos derechos adquiridos por aplicar esta ideología por más de 300 años y, sobre todo, somos un aliado clave de Estados Unidos en la región y un miembro de la coalición que lucha contra el califato terrorista, liderada por el país norteamericano.

Es verdad que Arabia Saudita no es una democracia en términos clásicos, sin embargo, intentamos adaptarnos a los nuevos tiempos.

Arabia Saudí es una monarquía absoluta.

Arabia Saudí no tiene división de poderes ni partidos políticos.

Pero la sucesión de este cargo no es hereditaria, y el príncipe heredero es elegido entre la familia real Saudí por miembros de la misma, en consulta con los dirigentes religiosos y gubernamentales.

Para asistir al monarca, lo que demuestra la humildad del gobernante, en 1992 el rey Fahd estableció la Majlis as-Shura o Asamblea Consultiva, cuyos miembros —inicialmente 60, aunque luego esta cifra se vio incrementada— son elegidos por el soberano.

El sistema judicial está basado obviamente en la sharía, que es interpretada según el estricto wahabismo, la corriente más radical del islam sunní, basada en una interpretación literal del Corán.

Las grandes ciudades eligen a sus propios gobiernos municipales, que básicamente se ocupan de la gestión de la basura y el agua. A pesar de ser una monarquía absoluta y ultraconservadora, en el 2005 se realizaron las primeras elecciones municipales donde se jugaban solo dos tercios de los asientos en los consejos locales, que no tienen potestad para hacer leyes ni poderes de ámbito nacional. El resto de puestos son elegidos a dedo por la monarquía saudí.

En los terceros comicios municipales, celebrados en diciembre de 2015, las mujeres fueron las protagonistas, al ser la primera vez que participaban en este tipo de votaciones en el país, como electoras y como candidatas. Eso sí, según la sharía, a las candidatas se les prohíbe participar en los mítines a los que asisten hombres, y deben dirigirse a ellos a través de un portavoz masculino. Tampoco se les permite publicar fotos, ya que, al estar totalmente cubiertas, no se sabría quién es quién.

Por su parte, las electoras pudieron sufragar mediante la autorización de su mentor masculino.

Los pueblos y las aldeas son gobernados por consejos de ancianos.

Como parte de las reformas, las mujeres también pudieron acceder al Consejo Consultivo de Arabia Saudí o Shura.

No es falta de voluntad de avanzar en la democracia, el problema es que la gente tiene miedo al cambio, creen que cada vez que se aplica uno, algo malo va a pasar.

Además de avanzar en el camino de la democracia, somos un acérrimo enemigo del terrorismo, tanto en el plano interno como en el externo.

Aplausos de los asistentes.


***


Moderador:

A continuación, hablaremos de la situación en Yemen. A pesar de ser uno de los países más pobres del mundo cuenta con un gran numero de representantes. Hutíes, miembros del gobierno reconocido internacionalmente, separatistas del Sur, islamistas, yihadistas y hasta algunos representantes tribales. Incluso algunos de los otros países aquí presentes quieren hablar en su nombre.

Para intentar mantener un discurso mas o menos objetivo y como muestra de civilidad es que las diferentes partes han aceptado que hable un miembro independiente de la sociedad civil.

Miembro independiente de la sociedad civil:

El 27 de enero de 2011, siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos tunecinos y egipcios, miles de yemeníes salimos a las calles de la capital Sanaa contra el régimen autoritario del presidente Ali Abdalá Saleh, quien llevaba 33 años en el poder, pero tras varios años de una errática transición, el país es el escenario de una guerra devastadora y de la peor tragedia humanitaria del mundo.

Hasta el momento, casi un cuarto de millón de personas ha muerto, según la ONU, la mayoría de las cuales «por causas indirectas», como la falta de alimentos, de servicios sanitarios o de infraestructuras y 4 millones se han visto en desplazados de sus hogares dentro de Yemen. 21 millones de yemeníes, de un total de 27 millones de habitantes, necesitan asistencia humanitaria y 10 millones de ellos dependen de esa ayuda para sobrevivir.

Obviamente uno no se transforma en democrático de un día para el otro.

Aplausos

La universidad de Sanaa se convirtió en el epicentro de la protesta que se extiende desde la capital hasta la ciudad de Taëz, y en particular hasta Adén, gran puerto en el sur del país. En unas cuantas semanas, a los jóvenes manifestantes se unen importantes tribus, luego movimientos de oposición y oficiales del Ejército.

Aplausos

En un primer momento, el presidente Saleh, se niega a irse y mientras apela al diálogo, le ordena a sus fuerzas de seguridad, controladas por su hijo mayor Ahmed, que estaba programado para sucederlo, reprimir el movimiento.

A finales de noviembre de ese año, tras perder toda legitimidad a nivel internacional y tras ser herido en un ataque contra su palacio en junio, Ali Abdalá Saleh firma en Riad un acuerdo de transición apadrinado por las monarquías árabes del Golfo, en virtud del cual cede el poder a su vicepresidente Abd Rabbo Mansour Hadi, a cambio de la inmunidad para sí mismo y sus cercanos.

Aprovechando la inestabilidad y las divisiones políticas, el movimiento rebelde hutí conquistó amplias partes del norte y el oeste del Yemen y en setiembre de 2014, con el respaldo de las fuerzas del expresidente Ali Abdalá Saleh, se hizo con la capital, para exigir al gobierno, una mayor participación chiita en la toma de decisiones del país árabe.

Los miembros del movimiento rebelde hutí, también conocido como Ansar Allah (Partidarios de Dios), adhieren a una rama del islam chiita conocida como zaidismo. Los zaiditas conforman un tercio de la población y gobernaron Yemen del Norte bajo un sistema conocido como imamato por casi 1.000 años, hasta 1962.

A pesar de que teóricamente los hutíes y Hadi habían acordado realizar un «gobierno de unidad», los hutíes mantuvieron su control sobre la capital en todo momento y rechazaron muchas de las medidas tomadas por Hadi, socavando su autoridad y convirtiéndolo en un jefe de estado nominal.

Finalmente, el 21 de enero de 2015, Hadi y su primer ministro, Khaled Bahah, presentaron su dimisión, pero el Parlamento se negó a aceptarla. Simultáneamente, los hutíes tomaron el palacio presidencial y proclamaron la disolución del Parlamento y, proclamaron un «gobierno interino» a principios de febrero. Tanto Hadi como Bahah fueron puestos bajo arresto domiciliario.

Debido a las presiones internacionales Hadi y Bahah fueron liberados y establecieron la sede temporal del gobierno en la ciudad sureña de Adén, aun bajo su control y sede del movimiento separatista del Sur.

En marzo de 2015 gracias a la intervención de Arabia Saudí en el conflicto, las fuerzas leales a Hadi, junto con combatientes tribales y milicias separatistas lograron detener el avance hutí sobre la ciudad de Adén. El reino saudí, que históricamente ha ejercido influencia en el Yemen, formó una coalición de países musulmanes sunní, con el respaldo de EE. UU. y Reino Unido, y empezó una campaña de bombardeos contra los hutíes que exacerbaría la crisis política y humanitaria.

El 25 de marzo de 2017, Hadi y seis miembros de su gobierno fueron condenados a muerte in absentia por «alta traición» por un tribunal formado por los rebeldes hutíes y a fines de ese mismo año fue asesinado en una emboscada cuando intentaba huir de la ciudad de Sanaa el expresidente Saleh, hasta entonces aliado de los hutíes, luego de que dijera públicamente que estaba dispuesto a dialogar con la coalición encabezada por Arabia Saudí sobre el futuro de Yemen. Lo que fue considerado una traición por los hutíes. Desde un principio la alianza de Saleh y los hutíes fue muy frágil, considerando que éstos combatieron contra Saleh y que Saleh fue en el pasado amigo de los sauditas.

Al final del mes de abril de 2017, el gobernador de la Provincia de Adén Aidarus al-Zoubaidi fue destituido por el presidente Abd Rabbuh Mansur al-Hadi por deslealtad a él, y por su lealtad al Movimiento separatista del Sur. A inicios de mayo se realizaron grandes manifestaciones en la ciudad de Adén para protestar contra la decisión del presidente Hadi y a fines de mes se formo el Consejo de Transición del Sur (CTS), con el objetivo de declarar la independencia del territorio y el apoyo de Emiratos Árabes Unidos.

Yemen del Sur fue un estado soberano, entre 1967 y 1990, cuando se unificó con el vecino Yemen del Norte, dando lugar a la actual República de Yemen.

El 28 de enero de 2018, las milicias separatistas leales al CTS tomaron el control de facto de la ciudad de Adén y sus instituciones, extendiendo el desafío a otras regiones vecinas como Abian y Shabua.

Ante el incumplimiento de lo acordado con el ejecutivo en noviembre de 2019, en abril de 2020, el Consejo de Transición del Sur, respaldado por Emiratos Árabes Unidos, declaró el «autogobierno» en las zonas bajo su control del sur del país. Pero se retracto a fines de julio cuando el gobierno ratifico la formación de un nuevo Gobierno, en el que estarían incluidos los separatistas sureños, en cumplimiento del principal punto del pacto sellado por ambos en Riad el año anterior. Compromiso que se materializo a fines de ese año. De los 24 ministros designados la mitad de los ministros proceden del norte y la otra mitad del sur, de los cuales cinco de los cuales pertenecen al Consejo Transitorio Sureño (CTS).

Es que Hadi, el presidente reconocido internacionalmente, por motivos de seguridad, gobierna desde Riad, capital de Arabia Saudí. Recibe en audiencia, envía mensajes de pésame o de felicitación y preside reuniones de sus colaboradores. Pero en la práctica su poder es un mero espejismo.

Aunque mucho se habla del apoyo de Irán a los hutíes, poco se dice del apoyo de Emiratos Árabes Unidos (EAU) al Consejo de Transición del Sur. Aunque Emiratos Árabes Unidos (EAU) es el principal socio árabe en la coalición internacional liderada por Arabia Saudí considera incompetente a Hadi y rechaza a los partidarios del partido islamista Al-Islah, asociado a los Hermanos Musulmanes, a los que se ha enfrentado en varias ocasiones, otro aliado destacado del Ejecutivo, que cuenta con hombres en las filas del Ejército y del Gobierno, como el vicepresidente y subcomandante de las Fuerzas Armadas, Ali Mohsen al Ahmar.

Obviamente como en otras regiones Turquía y Qatar apoyan a los Hermanos Musulmanes.

Sin embargo, para actores internacionales como Estados Unidos, la mayor amenaza son los grupos yihadistas como Al Qaeda y el Estado Islámico. Es que el otro participante en el conflicto de Yemen es el yihadismo. Al Qaeda de la Península Arábiga (AQAP), fruto de la unión de las ramas saudí y yemení en 2009, y el Estado Islámico. Sin embargo, AQAP mantuvo su dominancia frente a Estado Islámico en el escenario de Yemen mientras perdía en tantos otros. ISIS no supo calar con el factor tribal de Yemen tan bien como AQAP, además de causar rechazo por su exacerbado sadismo.

Tantos años de represión en despertado en nosotros un exacerbado deseo de participar y gobernar.


Aplausos de los asistentes.


Encuentro conmemoración Primavera Árabe
Refundación